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Historia de la Corporación
Talleres Del Gran Valle

La Corporación Talleres Del Gran Valle (CTGV) inicia su historia en 1997 con la llegada de Denis Laporta como voluntario. Edmundo Montesdeoca, en donde después de varias visitas y conversaciones con los líderes de la zona surge la idea de realizar artesanías con lufa que es una leguminosa tropical de tipo cucurbitácea, originaria de la India, que se cultiva en la zona sin mayores problemas.

Desde entonces ha desarrollado un interesante trabajo de consolidación y diversificación que bien puede ser tomado como un modelo para otras zonas del país, adaptándolo a los diferentes contextos y realidades locales.

 

El trabajo desarrollado por Denis Laporta se enfoca directamente en organizar a la comunidad para crear proyectos productivos comunitarios aprovechando los recursos disponibles, respetando la agricultura tradicional y preservando el patrimonio natural. Bajo esta concepción se da inicio a la producción y comercialización de productos, especialmente alternativos y sustentables, que estén en armonía con su medio ambiente, y que al mismo tiempo signifiquen ingresos que mejoren el nivel de vida en la zona comercializados bajo la política del comercio justo.

 

La política del comercio justo es una alternativa al comercio convencional que busca acercar el productor al consumidor, evitando al máximo los intermediarios, y así los pequeños productores tengan mejores condiciones comerciales y los beneficios económicos sean mayores.

 

Entonces es así como la CTGV empieza a agrupar a los habitantes de la zona y se crean proyectos productivos, buscando el desarrollo alternativo, económico y social, que permita acceder una vida digna, siempre manteniendo la riqueza natural de la zona.

Los productos de las diferentes unidades de Talleres Del Gran Valle tienen un enfoque orgánico, de manejo y conservación del medio ambiente; dentro de esta concepción se han implantado proyectos que elaboran artesanías con lufa, paja toquilla, cepa de plátano y semillas naturales, además crean un centro de acopio de granos se cultivan de manera orgánica, procesan maní y tilapia, entre los principales, estos proyectos apuntan hacia un desarrollo sostenible y endógeno, que prioriza la conservación del medio ambiente y resalta la identidad de la gente de la zona de Manduriacos, para la comercialización promueven esta característica y buscan mercados que remuneren y reconozcan este esfuerzo y convicción a través de la red de comercio justo.

 

La CTGV recibe financiamientos externos e internos de fundaciones y organizaciones comprometidas con la conservación y defensa de la biodiversidad y el medio ambiente de la zona, recursos económicos que no son reembolsables, actualmente la ayuda económica es mínima y es destinado para el destinados al fortalecimiento organizativo, formación en emprendimientos empresariales, capacidades locales, nuevas alternativas al fomento productivo con grupos organizados, familias campesinas y formación a pequeños líderes comunitarios.

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